Una forma de apoyo fácil de implementar, y que no requiere que los padres conozcan las materias escolares, es que estimulen en sus hijos e hijas la curiosidad y exploración de sus entornos inmediatos:  la naturaleza, por poca que sea, si viven en los medios más urbanizados, es siempre una fuente de información.  Las problemáticas sociales que se difunden a través de los medios de comunicación, especialmente los noticiarios, permiten discutir con los niños, niñas y adolescentes situaciones que a todos nos afectan y que aportan a que ellos vayan formando sus propias opiniones y sean capaces de comunicarlas.
Por otra parte, considerar y respetar las horas de recreación diaria que todos los niños, niñas y adolescentes requieren es un aspecto básico para permitir su desarrollo.  Así como es saludable que cuenten con un horario de estudio, también lo es que se establezcan reglas explícitas respecto a qué y cuánto ven de televisión, navegan en internet o usan los videojuegos.  Ellos/as están viviendo una etapa en la cual es clave que los adultos pongan las reglas que permitirán ir regulando su proceso de desarrollo, en un contexto de cariño y seguridad, pero a la vez con firmeza respecto a la autoridad que los adultos necesariamente ejercen sobre las decisiones que se toman en el hogar.
Es importante señalar que la cercanía de los padres en la etapa escolar es fundamental para la construcción de expectativas.  Ser un referente de sus hijos e hijas para la actividad escolar, destacar el valor de la perseverancia y el trabajo sistemático, como también la necesidad de que existan reglas explícitas y consensuadas en la casa, facilita que se establezca la responsabilidad de cada uno en su cumplimiento.  Lo anterior realza la importancia de la coherencia entre lo que tanto la escuela como los padres dicen y hacen.
FUENTE:  Adaptado de Segunda Escuela para Padres, Colegio Juan Pablo Duarte.

 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario