domingo, 1 de mayo de 2016

RÍE Y CONTAGIA TU ALEGRÍA ...

Así decía la letra de una hermosa y optimista canción, característica de un programa humorístico de T.V. de hace ya varios años.  No existe nada más natural y más sanador que la risa: nos protege del estrés, toleramos mejor los dolores y nos sentimos aliviados, como si nos sacaran de la espalda una pesada mochila cargada de preocupaciones.

Pude comprobar en mis pacientes que la risa, además, disminuyó los niveles de glucosa en la sangre y bajó la presión arterial.  Esto se explica comparando los exámenes de laboratorio aplicados a mis pacientes antes y después de sesiones en donde utilicé risoterapia y les solicité incrementar la exposición a situaciones humorísticas, dentro de un ambiente familiar con mayor recreación.  Incluso, durante este periodo del tratamiento los pacientes se encontraban sin medicación por sugerencia de su endocrinólogo.

Tecnológicamente hablando, si tu fueras un celular, la risa sería la recarga de energía que te permite funcionar en plenitud.

Antiguamente, era muy conocido el discutible refrán que decía: "la risa abunda en la boca de los tontos".  Me pregunto, quien se sentirá mejor: aquel que es capaz de reírse de sus propios errores (aunque sean muchos) o un erudito amargado que teme hacer el ridículo.

Al reír liberamos neurotransmisores (endorfinas) que nos permiten sentirnos mejor.  Y si reímos en la grata compañía de nuestros hijos, familia o amigos, doblemente mejor.

"Si un mal paso das,
que te haga sufrir,
debes ignorarlo
y vuelve a sonreír".


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