Amar lo esencial de uno mismo actúa como un factor de protección para las enfermedades psicológicas y constituye un elemento que genera bienestar y calidad de vida; es, sin lugar a dudas, el primer paso para saber amar a los demás.
"En un polo de mi existencia formo una sola cosa con las piedras y los árboles. Allí tengo que reconocer el dominio de la Ley Universal. Allí es donde nacen los cimientos de mi existencia.  Su fuerza está en que se halla firmemente sujeta en el abrazo del mundo comprensivo, y en la plenitud de la comunión con todas las cosas.
Pero por el otro polo de mi ser estoy separado de todo.  Allí yo soy absolutamente único, yo soy yo, soy incomparable.  Todo el peso del universo no puede aplastar esta individualidad mía.  Yo la mantengo a pesar de la tremenda gravedad de las cosas.  Es pequeña en apariencia pero grande en realidad; se mantiene firme ante las fuerzas que quisieran robarle aquello que la caracteriza y que pretenden hacerla una con el polvo".

 
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